Hacía tiempo que íbamos detrás de estudios concretos del psicólogo francés Gauquelin. Hace unas semanas recibimos por correo el número 98 de la revista francesa «Les Cahiers Astrologiques» que se publicó en Mayo de 1962. La revista contiene un espléndido artículo de Gauquelin. Hemos traducido y transcrito este artículo sobre el fenómeno de la herencia astral el cual afirma que existen coincidencias, más allá de las probabilididades del azar, a heredar de padres a hijos determinadas configuraciones planetarias, es decir, heredar planetas en los mismos signos, igual aspectados y/o en las mismas casas. Esto es justamente lo que Gauquelin explorará con herramientas estadísticas a partir de muestras de millares de casos.
El artículo:
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La Herencia Astral
por Michel Gauquelin
La cuestión de la herencia astral es importante para los astrólogos. Según las lecturas que pude hacer me ha parecido que una fuerte mayoría de nosotros cree en la existencia más o menos afirmada de la herencia astral. ¿Por qué creemos en ello? Los astrólogos hablan de la experiencia diaria y de las semejanzas que encuentran comparando cartas natales de miembros de una misma familia. Pero su “ impresión” no es la de la ciencia. Es fácil sin duda, hay cantidad de casos particulares que confirman la herencia, pero el número de casos que no la confirma no es también grande. Si realmente es cierto que los factores astrológicos son hereditarios, deben aparecer en los estudios estadísticos.
Durante mucho tiempo, los trabajos publicados por Choisnard y por Kraft permitieron a los astrólogos pensar que la experiencia estadística había ratificado sus creencias en una herencia astral. En 1955 publicamos una crítica de los trabajos de estos dos autores donde demostramos con numerosas experiencias que las leyes que ellos habían creído encontrar no eran más que falsas leyes.
Muchas dudas se manifestaron en esa época en las convicciones de los astrólogos mas iluminados, pero después de 6 años el tiempo pasó y constatamos que no se ha sacado un gran provecho de nuestra crítica experimental. Un ejemplo de esta actitud es la posición adoptada por un eminente astrólogo austríaco Wilheim Knappich: este autor afirma imperturbablemente la existencia de una herencia astral tradicional en contradicción formal con nuestros trabajos. A pesar de nuestras estadísticas hechas a partir de miles de comparaciones de cartas, que el confesó no ignorar. M. Knappich se extiende complacientemente sobre su colección de 26 miembros de la familia de los Hasbourg. Su análisis es lamentable. Los porcentajes que tiene la ingenuidad de publicar no tienen ningún sentido .Es necesario que sea dicho, ya que esto es peligroso porque emanan de un referente de la astrología con influencia mundial y credibilidad.
Parece necesario dado el interés de todos aquellos que realmente les interesa la verdad científica de ir más allá de estas experiencias infantiles y volver otra vez al tema de la herencia astral observada desde el punto de vista de las leyes clásicas de la astrología.
Generalidades
Orientamos nuestra búsqueda de acuerdo con la tradición astrológica en los tres dominios clásicos: posición en el signo del zodíaco, aspectos o distancia angular entre los astros y posiciones en casas. Por cada uno de estos dominios reunimos grupos de miles de comparaciones astrales entre los padres y su hijo/a. Todos nuestros documentos provienen del estado civil en lo que concierne a la eclíptica (signos del zodiaco) y los aspectos. Y en lo que concierne a las casas, todos nuestros datos de nacimiento provienen del ayuntamiento de París.
Ajustamos incluso los datos de dos localidades de los suburbios para la búsqueda en “casas”. Así pues, en el primer caso 7846 datos de nacimiento fueron examinados, en el segundo 17.594 datos completos fueron calculados.Hemos seguido escrupulosamente en esta investigación la doctrina astrológica. Cualquiera sea los resultados que vayamos a exponer, ¿Los astrólogos tendrán en cuenta en el futuro las conclusiones que de aquí emanan?
Herencia astral en signos
Nos hemos preguntado, como astrólogos, si encontraríamos más frecuentemente el mismo astro en el mismo signo zodiacal en el nacimiento de los padres y de su hijo. Esta hipótesis ha sido testeada sobre los tres actores planetarios tradicionales más importantes y donde los cuales todos los autores concuerdan, a saber: la Luna, el Sol y el Medio cielo. Por cada uno de estos tres factores, dos experimentos sucesivos fueron realizados: el primero fueron 2112 comparaciones padre-hijo, y el segundo 1811. En total, la herencia en signos fue estudiada sobre 3923 comparaciones entre el padre y el hijo. La tabla I resume los resultados obtenidos sobre 3923 comparaciones. Para no recargarla, el detalle de los dos experimentos sucesivos no ha sido indicado. Cada factor astral ocupa dos filas: los efectos teóricos están dados en la primera y los efectos observados en la segunda. Por ejemplo: para el Sol la primera cifra de la tabla es 35, que indica el número de veces en el que el Sol se debería encontrar teóricamente el signo de Aries a la vez en el padre y su hijo. La cifra inmediatamente después, 39, indica realmente cuánto se ha observado en la experiencia. Al final de las fila encontraremos el total de estas cifras; este total indica que el Sol debería encontrarse 335 veces en un mismo signo a la vez en el padre y el hijo, y que en efecto lo hemos encontrado 330 veces.
Discusión:
Los resultados de esta tabla demuestran sin ninguna equivocación la ausencia total de herencia astral en signos del zodiaco, a pesar de dos experimentos sucesivos con cantidades grandes de datos. No ha sido posible hacer aparecer algún resultado significativo de un signo astrológico ni para el Sol, ni la Luna, ni para el Medio Cielo, ni para el Ascendente. La última fila del tablero agrupa los resultados de tres factores: se puede constatar que el total de esta fila es 977 en lugar de 991, lo cual es ligeramente negativa, lo que vuelve inútil todo otro comentario.
Herencia en los aspectos
No es suficiente con estudiar la herencia los signos del zodiaco; debemos también observar las relaciones angulares entre la posición del Sol, la luna, el Medio cielo (o el Ascendente) en los padres e hijos. ¿Con estos aspectos vamos a encontrar resultados positivos? La tabla nos lo dirá. El resumen de los resultados de las relaciones angulares recopila 3923 comparaciones entre padre e hijo para los tres factores estudiados.
La eclíptica ha sido dividida en 36 sectores de 10 grados cada uno. El primer sector se sitúa a partir de la conjunción, llamado 0º y que va, partiendo del centro del sector, de los 355º a los 4º 59´. El segundo sector es llamado 10º y va de los 5º a 14º 59’, etcétera. Para cada uno de estos factores astrales estudiados se podrá leer en el tablero las frecuencias observadas en cada uno de los treinta y seis sectores. En cuanto a las frecuencias teóricas éstas corresponden todas a la media aritmética que es igual a 109 (3923/36). Finalmente, la última fila es el total de las 3 otras medias de cada sector y esto es igual a 3 x 109=327.
Discusión:
Otra vez los resultados son demostrativos… y negativos: ni con el Sol ni la Luna, ni el Medio Cielo, no se descubre una relación angular que sea significativa y en nuestra búsqueda cada una de las distribuciones es fortuita (chi-cuadrado no significativas). La suma de tres factores astrales responde al azar.
Y debemos remarcar especialmente el resultado aleatorio de la conjunción, que después de que Choisnard la considerara como el índice más visible de la herencia astral. Choisnard sostenía que deberíamos encontrar tres veces más conjunciones a 10 grados entre la Luna del padre/madre y la del hijo. Y lo mismo con el Medio Cielo del padre/madre y del hijo. También decía que deberíamos encontrar dos veces más de la media la conjunción entre el Sol del padre/madre y el hijo. Nuestras cifras son formales: para una media de 109 se encuentran 111 conjunciones de la luna; 100 del Medio Cielo; 128 del Sol; cifras que nos parecen azarosas.
En lo que concierne a los otros aspectos clásicos en astrología: oposición, cuadratura, trígono, etc. no hay más que mirar la tabla en detalle para ver que no pasa nada significativo relacionado a este tema.
Después de tres experimentos negativos sobre los aspectos, cada una con más de 4.000 comparaciones, esperemos que se entienda que nadie puede afirmar que exista, en condiciones análogas, una herencia astral.
Ya sea que se trate de una suposición los astrólogos, éstos hablan también de una herencia del mismo aspecto. Por ejemplo, si el padre nace sobre una conjunción Sol-Luna, el niño tendría más posibilidades de nacer él también sobre la misma conjunción. Hemos testeado esta hipótesis sobre el Sol y la Luna tomando los padres nacidos bajo la conjunción y bajo la oposición de estas luminarias y miramos la frecuencia de aparición de estos aspectos en sus hijos. Esta frecuencia en conjunciones es perfectamente normal: 8 casos observados siendo la teórica 11. Para la conjunción se observaron 16 siendo la teórica 10.
Herencia en casas
Este experimento tiene para nosotros una importancia particular pues la hicimos no solamente a partir de 3923 comparaciones padres-hijo de experimentos precedentes, sino también a partir de un segundo grupo de 4374 comparaciones padres- hijo donde los nacimientos han sido identificados en dos localidades de las afueras; por lo tanto en total para la búsqueda en casas tenemos 8297 comparaciones para cada astro del sistema solar. Estudiamos todos los astros del sistema solar a excepción de Plutón. Los experimentos presentados debieron entonces calcular más de 150.000 posiciones astrales.
La tabla III nos da los resultados de este trabajo para los nueve astros estudiados en cada una de las 12 casas. Éstas están ubicadas en el orden astrológico clásico numeradas del 1 al 12 en cifras romanas. Esta tabla se lee como la tabla 1 para los signos zodiacales, los datos observados y teóricos se entienden de la misma forma que comentamos antes para los signos
Discusión
Esta tabla, como las precedentes, permite formular una respuesta muy certera a la cuestión acerca de la herencia : no existe herencia en casas entre los padres y sus hijos para cada uno de los astros tomados separadamente o según el total. Las dos filas de la tabla corresponden al total teórico y al total observado de los nueve astros. Es sorprendente ver que deberíamos obtener teóricamente 6282 veces el mismo astro en la misma casa del padre y el hijo, y eso es justo lo que exactamente observamos. El azar puede ser extraordinario, pero seguramente tan sólo es azar!
Ahora, si miramos el detalle por casa, constatamos que ningún valor observado se diferencia de su valor teórico, están en el umbral. Constatamos que las casas llamadas angulares -especialmente la casa 1 y 10- consideradas en astrología como las más poderosas, dan resultados no solamente aleatorios , incluso negativos. Por lo tanto, si el padre o la madre nació con un astro en una casa angular no hay ninguna razón para que esté en el mismo lugar que su hijo
Llegamos a la misma conclusión cuando nos interesamos en detalle por los luminares: la Luna con 666 posiciones, en lugar de 689, da un resultado francamente negativo. El del Sol igual, es el valor de Mercurio el que produce una neta superior a la media y que da un resultado significativo.
Estos resultados no dejan ninguna excusa a los que se basan sobre casos “sugestivos particulares” o sobre “embriones de estadísticas”. Se podría afirmar que esta herencia astral no existe.
La herencia planetaria
No observamos ningún resultado de herencia astral partiendo de hipótesis astrológicas clásicas y esto nos puede sorprender. Nuestros trabajos anteriores, sobre todo en aquellos con nacimientos de notables profesionales, nos permitieron poner en evidencia el rol de los signos, de los aspectos y de las casas. Para nosotros las investigaciones sobre la herencia no se limitan a la astrología, y lo más interesante quedaba por hacer, solamente nos faltaba partir únicamente de los resultados positivos encontrados en nuestros trabajos anteriores sobre la influencia de los astros para esperar razonablemente encontrar cualquier cosa si es que hubiera algo a descubrir.
¿Cuáles eran las conclusiones principales de nuestros trabajos positivos? Habíamos establecido la existencia de una relación estadística entre los astros y los hombres para cuatro planetas solamente: Marte, Júpiter, Saturno y la Luna; y esto únicamente según el movimiento diurno de estos astros. En efecto, en el nacimiento de individuos notables de ciertos grupos profesionales habíamos constatado anomalías de frecuencia en estos astros después de su ascensión y de su culminación ( sectores 1 y 4 en nuestra división en 12 sectores).
La hipótesis no astrológica de herencia planetaria aparece ante nosotros de manera bien delimitada y podemos formularla así: si los padres (el padre o la madre) nació con un astro (Marte, Júpiter, Saturno o la Luna) que se encontraba en el sector 1 o el sector 4 situados después de el ascenso o la culminación, su hijo debería nacer, más comúnmente que la norma, cuando el mismo planeta se eleva o culmina. Inversamente, si el padre nació cuando el planeta está fuera de las zonas 1 y 4 seguramente más seguido aparece en el mismo lugar en el nacimiento de su hijo.
El detalle de estas experiencias establecidas para verificar esta hipótesis serán objeto de una obra, en este artículo nos contentamos con dar los resultados esenciales obtenidos pero no hablamos de la metodología tan compleja desde el punto de vista estadístico que ha sido necesario realizar. Igualmente no hablamos del problema realmente importante de las horas de nacimiento natural y convencional, considerando aquí el total de 8297 comparaciones como provenientes de nacimientos con hora real.
En la investigación la tabla IV da un resumen estadístico de la totalidad de nuestros cálculos. Las 8297 comparaciones hechas a partir de 4 planetas considerados en este grupo. La tabla corresponde entonces a uno solo y la misma prueba estadística sobre 33.188 comparaciones planetarias.
La comparación entre el valor observado y el teórico permite obtener un Chi cuadrado= 20,01 donde la probabilidad es de 1/100.000. Así pues, nuestra hipótesis de herencia planetaria no es verificada.
Si analizamos los resultados dados para cada planeta por separado constatamos que varían cada vez en el sentido de la hipótesis pero que son sensiblemente más marcados para la Luna y Marte, (probabilidad= 1/7000 y 1/700) que para Júpiter y sobre todo Saturno donde los valores apenas pasan del umbral de lo significativo.
No nos limitamos a estos planetas; nos ha parecido interesante examinar la misma hipótesis de herencia sobre los planetas que no han dado resultados positivos, a saber: Mercurio, Venus, Urano, Neptuno, Plutón y el Sol. Esta es una experiencia crucial para saber si hay una relación entre estos astros y los hombres. A medida que trabajamos con grupos profesionales, el no haber encontrado su papel no era evidencia en contra de la posibilidad de su acción. En el presente descubrimos respecto a Marte, Júpiter, Saturno y la Luna una relación que se manifiesta no importando qué grupo de nacimientos. No hay razones para que los otros planetas no den resultados si deben ejercer algún tipo de influencia sobre los hombres.
Este estudio ha sido hecho sobre 8297 comparaciones padres e hijos. Hemos calculado los valores de Chi-cuadrado de Mercurio, Venus, Urano, Neptuno, Plutón y el Sol de la misma manera que para los cuatro primeros planetas. Sus resultados no fueron significativos salvo el de Venus quien provee un valor de Chi-cuadrado donde la probabilidad es igual a 1/200, probabilidad muy significativa y sensiblemente comparable a la que obtenemos con Marte.
Resultados positivos de herencia se han encontrado entonces para la Luna, Marte, Júpiter, Saturno y Venus (bajo reserva para este último de confirmaciones ulteriores). Es decir, se trata aquí de los astros más cercanos a la Tierra donde la masa es apreciable…. se puede admitir que es influencia en el sentido físico del término, la cual puede ser más grande que en aquellos eventualmente ejercidos por Mercurio donde la masa es ínfima. Y lo mismo con Urano, Neptuno y Plutón que están muy lejos de la Tierra. Para el Sol como para los otros astros del Sistema Solar ningún resultado de herencia apareció.
Da lugar a pensar que es prácticamente imposible determinar un efecto estadístico para estos astros estudiados. Es muy tentador decir que no ejercen influencia alguna sobre la vida humana. Nosotros no afirmamos esto: otros experimentos más detallados o más numerosos permitirían quizás determinar algo más pero esto es muy problemático. Lo que sí es seguro es que la relación hereditaria no es realmente de importancia para la Luna, Marte, Júpiter, Saturno y Venus. Ya entre estos cinco planetas significativos parecen existir diferencias la disminución de efectos hereditarios desde la Luna a Saturno; esto sugiere la hipótesis de una influencia física pero por el momento todo esto es muy nuevo, porque es necesario replicar con nuevos experimentos; hay trabajos en curso y les daremos las conclusiones de nuestra obra en el momento que aparezcan.
Conclusión
Esencialmente, nuestra conclusión se resume así: en tanto que hemos testeado hipótesis no astrológicas basadas en nuestras investigaciones anteriores hemos encontrado resultados positivos, por el contrario cuando las hipótesis seguían la tradición astrológica los resultados fueron inexistentes… esta conclusión parece excluir de manera definitiva la posibilidad de un rol cualquiera jugado sobre la vida humana por el zodíaco, los aspectos y las casas. Ya que resultados positivos de herencia aparecen en ciertas condiciones, ¿cómo explicaremos que nada aparezca nunca cuando examinamos la tradición astrológica? La búsqueda de la herencia astral nos parece entonces establecer una prueba negativa contra las leyes tradicionales de la astrología.
Nos gustaría mucho que cada uno reflexionara por su propia cuenta. Examinaremos con interés las explicaciones científicas que permitirían a la astrología salir de este impase que la excluye lógicamente de toda la realidad objetiva.
El astrólogo convencido afirmará para sostener sus creencias, que la acción del zodiaco, los aspectos de las casas, no es hereditario, pero que resulta únicamente de una “influencia inmediata” recibida en el momento del nacimiento, influyendo el carácter y el destino del recién nacido más allá de sus disposiciones hereditarias. Pero ¿cómo defender esta opinión si existe, además, una forma hereditaria de influencia astral? Y ello es más grave aún pues jamás se hizo ningún experimento a partir de numerosos grupos humanos que haya permitido observar la mas ínfima variación en la tabla de frecuencia significativa para los signos, los aspectos y las casas.
Autor: M. Gauquelin
Traducción y revisión: Mónica Barletta y AE
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Creó que hay que verlo de otra forma, los hijos nacen de los padres, y heredan los aspectos fuertes de cada uno, no tiene por que coincidir pues cada uno vive su vida pero estos aspectos conforman la carta del hijo, un matrimonio en que los dos tengan venus conjunción Júpiter, sus hijos heredaran el venus conjunción Júpiter, conozco el caso en que sus dos hijos lo tienen. En casobuna pareja los dos tengan un marte fuerte en sus cartas, y sus soles estén en oposición, un hijo, el primero tendrá sol cuadratura sus padres, y probablemente será aries, y su marte este en oposición, el segundo hijo tendrá a marte donde su hermano tenga el sol.