Astronomía y astrología: el zodiaco y las casas

ecliptica¿Qué es el Zodiaco para la Astrología tropical?

El zodiaco es la franja del cielo que, a lo largo de la eclíptica, se extiende ocho grados y medio arriba y ocho grados y medio abajo[1]. Los doce signos del Zodíaco NO son las doce constelaciones de igual nombre. La astrología tropical ha adoptado los nombres de las constelaciones pero nada más que los nombres. El Zodíaco debe entenderse como sectores, como una partición en doce partes iguales de 30 º. El signo de Aries ocupa los treinta primeros grados de la Eclíptica y a contar desde el punto Gamma (equinoccio de primavera).

El Zodiaco es un ciclo entero, una totalidad partida en doce partes iguales que representan, entre otras cosas, los diferentes momentos de cualquier ciclo. El ecliptica_pluton[1]principio lo marca el punto Gamma y no la constelación de Aries el cual, por el fenómeno de la precesión de equinoccios, no coincide con el 0º de Aries. Lo importante en astrología tropical es tomar en cuenta el momento de «inicio» del ciclo. El criterio que subyace para marcar ese inicio está en la relación de la luz del Sol y la Tierra. El 0º de aries es el momento de la intersección de la eclíptica y el plano del ecuador celeste que alcanza el Sol en su trayectoria dirección norte (pasando del hemisferio Austral al Boreal). En este momento la luz del Sol se proyecta en perpendicular sobre la Tierra (Igual que en el 0º de libra pero en dirección opuesta). Esto, por la inclinación de la Tierra respecto a la eclíptica, se manifiesta dualmente en polos opuestos (estaciones inversas).

La partición en 12 responde a razones numerológicas, convencionales en parte, y que no suponen una diferenciación de ninguna constelación. El zodiaco es un todo continuo que la astrología pretende comprender racionalmente.

Por ser un todo continuo es conveniente pensarlo como un degradado en que el paso de un signo a otro no supone un salto abrupto (aunque guarden entre sí un proceso dialéctico) sino que, como al determinar dos colores, rojo y amarillo por ejemplo, el paso del uno al otro no es abrupto sino que se funde en un intenso naranja.

Por ser objeto de racionalización, decir que la razón, por su naturaleza, necesita información, pluralidad de elementos, y por ello la necesidad de partir este todo continuo. El número 12 ofrece unas ventajas especiales, sin embargo, antes de llegar al 12, el zodiaco es partido por 2, por 3, y por 4, números infinitamente ricos en simbolismo. El 12 nace de ellos puesto que cada signo zodiacal se define básicamente por una modalidad de las tres (cardinalidad, fijeza y mutabilidad) y un elemento de los cuatro (fuego, tierra, aire y agua). Además, los signos también se definen por un principio dual (masculino-femenino)[2].

¿Qué son las casas?

Su existencia se debe a la rotación axial de la Tierra, lo que produce que en horas diferentes en un mismo día los cuerpos celestes puedan encontrarse en el cielo o tapados por la Tierra. Las energías astrales, según si nos llegan directamente o a través de la Tierra, pueden estructurarse en el consciente o el inconsciente, respectivamente. No es lo mismo un Sol en el MC (medio cielo) que en el IC (bajo cielo). Esto es tan fácil como decir que no es lo mismo nacer de día que de noche.[3]

Sabemos que el movimiento rotacional de la Tierra produce el aparente desplazamiento de la bóveda celeste. Esta rotación aparente del cielo es la que da origen a los cuatro «ángulos» del horóscopo. Estos cuatro puntos son la estructura básica para la construcción de casas lo que su explicación ayudará a entender por qué puede aplicarse a cualquier punto del globo terráqueo y a cualquier planeta[4]

ascendenteEstos cuatro ángulos son: Ascendente, Medio Cielo, Descendiente y Bajo Cielo.

Ascendente (Asc): punto de intersección de la eclíptica con el horizonte oriental del lugar considerado.

Por lo tanto, siempre podremos definir el Asc, el cual es la 1ª casa.

El Medio cielo es el punto de intersección de la eclíptica con el meridiano superior del lugar considerado.

Así pues, siempre podremos definir el Mc, el cual es la 10ª casa.

Los puntos opuestos del Asc y el Mc definen los otros dos puntos angulares (Descendente y bajo cielo, respectivamente).

Cada uno de estos puntos tiene su significado (el cual no interesa ahora) e inicia el comienzo de cada cuadrante.

Por lo general, la línea que en la carta astral representa al horizonte (uniendo Asc y Desc) no es totalmente perpendicular a la que representa el meridiano (que enlaza los puntos correspondientes a Mc y Ic). Esta no perpendicularidad del horizonte con el meridiano, hace que los cuatro cuadrantes del tema sean de desigual extensión, dando origen a la desigualdad del tamaño de las casas.

Los nacidos en el mismo momento, en lugares diferentes de la Tierra, pero situados todos ellos a lo largo del mismo meridiano terrestre (no importando que las respectivas localizaciones se aproximen al Polo Norte, al Ecuador o al Polo Sur), tendrán exactamente, la misma posición del Mc en sus correspondientes horóscopos.

Sin embargo, sólo los nacidos cerca del Ecuador tendrán el Asc a 90º del Mc, pues a medida que los nacimientos, ocurridos a la misma hora y en el mismo meridiano, varían en latitud geográfica, los ángulos formados por los cuatro cuadrantes del horóscopo, son cada vez más desiguales, porque el horizonte deja de ser perpendicular al meridiano, formando con él un ángulo agudo u obtuso, que será más acentuado cuanta mayor sea la latitud al aproximarse el lugar a los polos.


[1] La mayoría de astrólogos no tienen en cuenta que una conjunción entre planetas puede ser perfecta (lo que haría que viéramos un cuerpo celeste «encima» del otro) o no (viéndolos uno encima del otro). Es decir, se prescinde de una de las tres coordenadas básicas para ubicar la posición de un astro sobre la esfera celeste: la latitud celestial. Es por ello que se utilizan programas auxiliares para así determinar qué tipo de conjunción es. No obstante esta crítica deberían tenerla más en cuenta los que programan los programas de cálculo de cartas astrales.

[2] Hay seis signos masculinos (aries, géminis, leo, libra, sagitario y acuario) y seis signos femeninos (tauro, cáncer, virgo, escorpio, capricornio y piscis); cuatro signos cardinales (aries, cáncer, libra y capricornio), cuatro signos fijos (tauro, leo, escorpio y acuario) y cuatro signos mutables (géminis, virgo, sagitario y piscis) : tres signos de fuego (aries, leo y sagitario), tres signos de tierra (tauro, virgo y capricornio), tres signos de aire (géminis, libra y acuario) y tres signos de agua (cáncer, escorpio y piscis).

[3] Cuando nacemos lo hacemos sin conocimiento de nada y poco a poco vamos distinguiendo la presencia de lo que tenemos alrededor nuestro. Primero los padres, la comida… luego el resto del mundo. La astrología más profunda hace hincapié en la presencia de la Tierra como totalidad. El hecho de que no sintamos a la Tierra en su totalidad es una cuestión sencilla de responder: vivimos en nuestra burbuja y somos incapaces de sentir más allá de lo que vemos que nos afecta. Si no somos capaces ni de percibir lo que le preocupa a nuestra pareja parece lógico que difícilmente tomaremos conciencia de la Tierra. Como se puede ver esto tiene un trasfondo espiritual (más allá el ego o de expansión del ego más allá del cuerpo y la mente).

Por cercanía, por no saber discernir, la presencia de la Tierra se haya en nuestro inconsciente, como el resto de los planetas. Es un trabajo personal y transpersonal, llegar a tomar consciencia de ellos.

[4] Recordar que la astrología es geocéntrica porque generalmente su objeto de estudio son los seres terrestres respecto al sistema solar.

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