
Ya sabéis que nos interesa mucho la relación astrología-ciencia. Somos de la opinión que debemos tener en consideración la opinión de los científicos y fijarnos en el tipo de discusiones que acontecen entre astrólogos y científicos. Ya constatamos el caso de Walter Anliker.
Hoy prestamos atención a otros 3 casos:
- El programa 309 de Cuarto Milenio emitido el 24 de Febrero de 2013 donde Vicente Cassanya, Enrique de Vicente y 2 científicos conversaron sobre la validez de la astrología.
- La crítica a la astrología del científico y divulgador Carl Sagan.
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La crítica y los experimentos del ilusionista y escéptico James Randi.
1. CUARTO MILENIO
El célebre astrólogo Vicente Cassanya defendió la astrología, junto con el apoyo de Enrique de Vicente, contra dos científicos en el Canal Cuatro en el programa de Cuarto Milenio. El debate empieza cuando falta una hora y 5 minutos para que acabe el programa: http://www.mitele.es/programas-tv/cuarto-milenio/temporada-8/programa-309/
La cuestión de base para nosotros es que para que haya diálogo tiene que haber posibilidad de pisar un suelo común. Si muchos científicos están cerrados, no teniendo ni idea de astrología y juzgándola muy torpemente, el debate está perdido de antemano. El filósofo Hans-Georg Gadamer dijo en «Verdad y Método»:
“La conversación es un proceso por el que se busca llegar a un acuerdo. Forma parte de toda verdadera conversación el atender realmente al otro, dejar valer sus puntos de vista y ponerse en su lugar en el sentido de que se intenta entender lo que dice”
En nuestra opinión, la única manera de encontrar una reacción amigable es buscando un suelo común. Dado que los científicos no tienen ninguna intención de alejarse de aquello que les ha dado tantas respuestas y buenas noticias, no queda otra de que la astrología se acerque al terreno científico. Desde este suelo común, que supone el uso de un lenguaje común, creemos que se podría encontrar cierta armonía. No obstante, habría que generar un nuevo discurso, una nueva argumentación con premisas muy diferentes a las tradicionales.
Curiosamente, volviendo al video de Cuarto Milenio, Iker pone a prueba a Vicente mostrándole dos cartas natales supuestamente de los dos científicos invitados y pidiéndole que determine a quién pertenece cada una. Esta prueba fue diseñada anteriormente por AE haciéndola más de 100 veces con resultados muy interesantes que por ahora nos reservamos de publicar a la espera de perfeccionar el diseño. En cualquier caso, nos parece un buen ejercicio.
2. CARL SAGAN
El siguiente texto pertenece al astrofísico Carl Sagan en el tercer capítulo de su apasionante libro de divulgación astronómica «Cosmos»:
<<En la sociedad contemporánea occidental, es fácil comprar una revista de astrología, en un quiosco de periódicos por ejemplo; es mucho más difícil encontrar una de astronomía. Casi todos los periódicos norteamericanos publican una columna diaria sobre astrología, pero apenas hay alguno que publique un artículo sobre astronomía ni una vez a la semana. En los Estados Unidos hay diez veces más astrólogos que astrónomos. En las fiestas, a veces cuando me encuentro con personas que no saben que soy un científico, me preguntan: “¿Eres Géminis?” (posibilidad de acertar: una entre doce). O: “De qué signo eres?” Con mucha menos frecuencia me preguntan: “¿Estabas enterado de que el oro se crea en las explosiones de supernovas?” O: “¿Cuándo crees que el Congreso aprobará el vehículo de exploración de Marte?”
La astrología mantiene que la constelación en la cual se hallan los planetas al nacer una persona influye profundamente en el futuro de ella. Hace unos miles de años se desarrolló la idea de que los movimientos de los planetas determinaban el destino de los reyes, de las dinastías y de los imperios. Los astrólogos estudiaban los movimientos de los planetas y se preguntaban qué había ocurrido la última vez en que, por ejemplo, Venus amanecía en la constelación de Aries; quizás ahora volvería a suceder algo semejante. Era una empresa delicada y arriesgada. Los astrólogos llegaron a ser empleados exclusivamente por el Estado. En China los astrólogos de la corte que realizaban predicciones inexactas eran ejecutados. Otros apañaban simplemente los datos para que estuvieran siempre en perfecta conformidad con los acontecimientos. La astrología se desarrolló como una extraña combinación de observaciones, de matemáticas y de datos cuidadosamente registrados, acompañados de pensamientos confusos y de mentiras piadosas.
Pero si los planetas podían determinar el destino de las naciones, ¿cómo podrían dejar de influir en lo que me pasará a mí mañana? La noción de una astrología personal se desarrolló en el Egipto alejandrino y se difundió por los mundos griego y romano hace aproximadamente 2.000 años. Hoy en día podemos reconocer la antigüedad de la astrología en palabras como desastre, que en griego significa “mala estrella”, influenza, gripe en inglés, que proviene del italiano y presupone una influencia astral; mazeltov, en hebreo –proveniente a su vez del babilonio- que significa “constelación favorable”, o la palabra yiddish shlamazel, referida a alguien a quien atormenta un destino implacable, y que también se encuentra en el léxico astrológico babilonio. Según Plinio, a algunos romanos se les consideraba sideratio, “afectados por los planetas”. Se convirtió en opinión que los planetas eran causa directa de la muerte. O consideremos el verbo considerar que significa “estar con los planetas” lo cual era evidentemente un requisito previo para la reflexión seria. En las estadísticas de mortalidad de la ciudad de Londres en 1632. podemos ver que entre terribles pérdidas provocadas por enfermedades posnatales infantiles y por enfermedades exóticas como “la rebelión de las luces” y el “mal del rey” nos encontramos con que, de 9.535 muertes, 13 personas sucumbían por el “planeta”, mayor número que las que morían por cáncer. Me pregunto cuáles eran los síntomas.
Y la astrología personal está todavía entre nosotros: examinemos dos columnas de astrología publicadas en diferentes periódicos, en la misma ciudad y el mismo día. Por ejemplo podemos analizar el New York Post y el Daily News de Nueva York del 21 de septiembre de 1979. Supongamos que uno es Libra, es decir nacido entre el 23 de septiembre y el 22 de octubre. Según el astrólogo del Post, “un compromiso le ayudará a aliviar la tensión”; útil, quizás, pero algo vago. Según el astrólogo del Daily News, debes “exigirte más a ti mismo”, recomendación que también es vaga y al mismo tiempo diferente. Estas “predicciones” no son tales predicciones, son más bien consejos: dicen qué hacer, no que pasará. Recurren deliberadamente a términos tan generales que pueden aplicarse a cualquier persona.Y presentan importantes inconsecuencias comunes.¿Por qué se publican sin más explicaciones, como si fueran resultados deportivos o cotizaciones de bolsa?
La astrología puede ponerse a prueba aplicándola a la vida de los mellizos. Hay muchos casos en que uno de los mellizos muere en la infancia, en un accidente de coche, por ejemplo, o alcanzado por un rayo, mientras que el otro vive una próspera vejez. Cada uno nació exactamente en el mismo lugar y con minutos de diferencia el uno del otro. Los mismos planetas exactamente estaban saliendo en el momento de su nacimiento. ¿Cómo podrían dos mellizos tener destinos tan profundamente distintos? Además los astrólogos no pueden ni ponerse de acuerdo entre ellos sobre el significado de un horóscopo dado. Si se llevan a cabo pruebas cuidadosas, son incapaces de predecir el carácter y el futuro de personas de las que no conocen más que el lugar y la fecha de nacimiento.
(…) Perseguimos una conexión con el Cosmos. Queremos incluirnos en la gran escala de las cosas. Y resulta que estamos realmente conectados: no en el aspecto personal, del modo poco imaginativo y a escala reducida que pretenden los astrólogos, sino con lazos más profundos que implican el origen de la materia, la habitabilidad de la Tierra, la evolución y el destino de la especie humana.>>
3. JAMES RANDI
Tampoco podíamos olvidarnos del ilusionista y escéptico James Randi cuya fundación ofrece un premio de 1.000.000 de $ a quien sea capaz de demostrar científicamente cualquier fenómeno paranormal. Independientemente que creamos que la astrología sí puede ser demostrada, la fundación James Randi tiene una funcionalidad y una intención positiva, a saber: evidenciar la falta de validez científica de muchas disciplinas «esotéricas». Es cierto que para los escépticos esta falta de validez científica es automáticamente entendida como una falta de realidad o un cuento de hadas, pero el fraude en estos campos tan oscuros es algo que también debe preocuparnos a los astrólogos.
Aquí tenéis una serie de videos muy interesantes donde se pone a prueba la astrología con pequeñas pruebas a nuestro parecer muy mal ideadas:
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4. OTROS
4. Y un recopilatorio como extra:
los argumentos que aporta Vicente Cassanya me parecen muy buenos y ponen en evidencia la sensibilidad de la humanidad con respecto a lo astral
Ofrecer un premio de 1.000.000 de dolares…. desde luego están seguros de lo que dicen!!!. Felicidades por la página!!.
Saludos!!