El problema de las predicciones en Astrología

06a7fa_1d97a5fce1614eb694b13a695129ebe9_mv2Las predicciones astrológicas del tipo «este año conocerás a alguien muy especial», «en Diciembre dejarás el trabajo», «para verano estarás embarazada» o «tendrás dolores de espalda» no superan el escrutinio de la mirada mínimamente escéptica. Y no podemos basarnos en la evidencia anecdótica («pues a mí sí me lo acertaron») ni en la muestra insuficiente («pues perdona pero yo lo he visto muchas veces que funciona»). Tampoco en la calidad de los astrólogos («conozco uno/a que siempre acierta»). Ni en entrar en modo negación por no poder soportar la incertidumbre de la vida y la complejidad de la astrología («&%!*»). Pienso que si queremos ser serios tenemos que tomarnos en serio este conocimiento y eso pasa por saber qué tenemos entre manos (conocer sus límites y posibilidades), saber qué condiciones tendrían que cumplirse para poder decir que la astrología predice (relación entre mapa y territorio). Y es que entre la falta de rigor, la idolatración dogmática de lo clásico y la presión moderna comercial de Mía Astral (la Paulo Coelho de la astrología), se fuerza a nuestra disciplina para ofrecer lo que no puede ofrecer.

0. Objetivos:

  • Fomentar una astrología científica. Será astrología científica aquello que hable factualmente de la relación entre el cosmos y lo mundano.
  • Criticar las predicciones concretas desde la perspectiva científica.
  • Fomentar el debate constructivo.

1. Aclaraciones:

  1. Cualquier disciplina que no contenga mecanismos de autocrítica y autocorrección está destinada a estancarse en el dogma y el fanatismo.
  2. No pretendo faltar al respeto a nadie. Éste es un escrito donde se pone en duda lo que se da por sentado. La astrología no es un saber infalible y admite crítica. No lo tomemos personal, tampoco caigamos en atacar a las personas (falacia ad hominem), sino que centrémonos en los hechos, en los argumentos. El ego es resultado de estar tan apegados a una disciplina (de identificaros tanto con el saber). Esto dificulta la autocrítica y objetividad. Por consiguiente, la crítica requiere tener la humildad y predisposición de poder aceptar estar (radicalmente) equivocados.
  3. Tampoco digo que la astrología tenga que reducirse solamente a ciencia pues se abre a muchos enfoques como la espiritual o el arte. Habrán mapas (modelos astrológicos) que enfoquen de forma diferente a la comprensión de lo astrológico a como yo lo hago (y bienvenida sea la pluralidad de puntos de vista). Más allá de la cuestión de la libertad personal para practicar la astrología que cada uno quiera, dentro de este abanico de opciones, considero legítima la crítica constructiva (como práctica intelectual) y desde el análisis científico, lo cual posibilita juzgar el valor de un conocimiento desde una perspectiva particular.
  4. Inevitablemente, existen dos grandes dominios de la astrología (que no son estancos) que entran en conflicto con los objetivos ya expuestos: 1) La tradición astrológica (necesaria para tener lo que tenemos) la cual fundamenta su conocimiento a partir la premisa de que hay que conocer y dominar el conocimiento del pasado, y que lo tradicional es astrología de verdad porque es concreta y la que funciona. 2) La astrología de masas (necesaria para la iniciación y la divulgación) la cual fundamenta su conocimiento en el éxito comercial, a que algo guste.
  5. Tanto uno como el otro dominio no usan un criterio científico como referente para valorar el conocimiento astrológico -lo cual es legítimo desde el punto de vista de la libertad personal- sin embargo, en el momento de que haya pretensión de verdad (objetividad), el enfoque científico ofrece maneras efectivas para contrastar el grado de veracidad de una afirmación o teoría.
  6. En este escrito me voy a centrar en la astrología tradicional, sin embargo, actualmente abunda mayormente la astrología psicológica de corte psicoanalítico y postmodernista, demasiado especulativa, caótica y simplificadora. Mientras que con la astrología tradicional hay un exceso de determinismo y concreción, en este caso habría demasiada ambigüedad, lo cual he analizado muchas veces.

2. Astrología de masas

De Mía Astral (la uso como símbolo) lo que pongo en duda es la astrología de generalizaciones, extremadamente simplificadora y sin personalizar nada. Entiendo que si divulgas lo tienes que hacer (yo mismo lo hago) pero lo que aquí planteo es TAMBIÉN llevar la astrología a una línea de trabajo serio, tanto científico (ya sé que pocos confían en esto) como de consultoría (personalizando cada caso).

Por lo tanto, no critico ningún tipo de divulgación. Critico que solamente se haga astrología de divulgación. Ello lleva a desarrollar una astrología desde la que se oferta lo que en rigor no se puede ofrecer, y ello por la presión social de la demanda que implica estar tan pendiente de gustar.

3. Astrología predictiva

Esta es la corriente astrológica que hace las predicciones que introducen este escrito (para ser justos sería conveniente analizar también el tipo de predicciones que se hacen desde la Astrología psicológica).

Hace años estudié astrología predictiva. Usaba técnicas clásicas de prognosis sin embargo no se cumplían mis predicciones. Se podría decir que fue por mi limitación como astrólogo predictivo, lo cual pensé que era lo más probable por el nivel técnico que supone. Sin embargo, por ello, consulté con astrólogos profesionales de prestigio al respecto, al igual que fui analizando las predicciones de astrólogos referentes a nivel técnico. Sin embargo, nuevamente, estas predicciones no se cumplían por encima del azar. Que no sea un astrólogo predictivo no me desautoriza para que mis argumentos sean válidos. Yo puedo no saber de medicina (fundamentos, corpus, técnicas, etc.) pero tener capacidad de valorar la capacidad de curación (resultado) de esta disciplina.

Por desgracia, los hechos son contundentes y esta astrología se ha convertido, desde la perspectiva científica, en una astrología de desconexión y disociación de la realidad.

Al hecho de que actualmente no se sigan los mismos principios ni las mismas técnicas que la astrología tradicional se le llama evolucionar (involucionar a veces), igual que la medicina actual ya no sigue los temperamentos hipocráticos ni aplica las mismas técnicas (y tiene resultados espectacularmente mejores). Además, tal como decía en el último congreso ibérico, a los astrólogos se nos ha ido de las manos la cantidad de técnicas y variables. En nuestro afán de poder predecir con exactitud no hemos tenido otro remedio que rizar el rizo a base de técnicas y variables, porque aceptar la evidencia de los hechos (que no predecimos) era demasiado para nuestro ego y convicciones. Me recuerda al acto desesperado e inútil de los antiguos en su defensa de la teoría de los epiciclos por no aceptar (ni plantearse) el heliocentrismo ni las órbitas elípticas por culpa del dogma.

4. El pronóstico astrológico NO es el científico

Para afirmar que se tratan de predicciones que validan el conocimiento astrológico (respecto a la prognosis) hacen falta muchos controles y una refinada metodología. Sin embargo, los casos uno a uno no tienen validez (es algo básico en ciencia).

Dado esta falta de acierto, profundicé en la comprensión de lo astrológico desde lo ontológico y epistemológico, allí comprendí muchas cosas, entre ellas la imposibilidad de predecir de la forma que ejemplifico en este post (aunque sí creo que permite otro tipo de predicciones). Reflexioné sobre muchos aspectos de esta disciplina y llegué a la conclusión de que la falta de comprensión del conocimiento que se estaba manejando, favorecía confusiones importantes. Por ejemplo, la aparente sencilla diferencia entre el decir y el ser. Para la ciencia manda el territorio y no los mapas que se imponen por palabra como realidades. Decir que algo es real no lo hace real. Lo que hemos llamado «prognosis» durante siglos no lo es si lo sometemos a profunda y crítica reflexión. Es decir, un pronóstico no es lo que la tradición astrológica «dice» que es, sino lo que realmente es. O dicho de otra manera, lo importante para mí no es «decir» que algo sea prognosis, es que realmente luego sea así a la hora de la verdad. Y lo que define que «sea así» (que haya pronóstico) es entender profundamente de lo que estamos hablando. Cuando leo a astrólogos decir que la astrología es una ciencia porque predice (como diciendo que ellos hacen algo científico) allí se vuelve a confirmar lo poco que saben de ciencia. Pronosticar, para la ciencia, implicaría cumplir condiciones que no se cumplen:

  1. Control de variables (variables extrañas).
  2. Control de sesgos (en general se trata de demostrar que el pronóstico es gracias a la astrología y no a encuestas sociales u otras fuentes de saber no astrológicas).
  3. Muestra suficiente (evitar pretender demostrar algo por casos individuales).
  4. Significación estadística.
  5. Replicabilidad (hay que buscar maneras de poder reproducir las condiciones inciales por ello al pronosticar uno se basa en una teoría de la que deductivamente pueden derivarse predicciones).
  6. Falsación (el pronóstico tiene que ser concreto y claro, que podamos decir si se acierta o no).
  7. Otros.

Hasta entonces, la prognosis de la astrología no es la prognosis de la ciencia. Son dos cosas diferentes y se habla como si fuera lo mismo, lo cual es un grave error. Y si es algo diferente ¿en qué sentido? ¿Se sabe responder con un mínimo de rigor?

5. Astrología y Psicología 

En el momento que se analiza al sujeto por cómo estaba configurado el sistema solar en el nacimiento ES astrología. Esto viene determinado por el objeto de estudio y no por el método o enfoque.

En el momento que se involucra al sujeto en cuanto a ser con pensamientos, emociones y conducta, se involucra a la psicología (y a toda la complejidad de modelos, técnicas, etc. que esto implica).

Y es que el principio hermético de correspondencia supone comprender la relación isomórfica entre el cielo (astrología) y la tierra (psicología). Por lo tanto, para cada objeto de estudio que tenga la astrología se le corresponde -nunca mejor dicho- un tipo de disciplina terrestre (astrología mundial implica política/economía; la astrología médica, la medicina, etc.). En ese sentido, el hecho de que la astrología se haya psicologizado tanto (dando lugar a la Astrología Psicológica) es resultado precisamente de esto, de comprender más profundamente lo que se está haciendo y los principios que operan detrás. Por lo tanto, es inevitable trabajar para unir ambos dominios (lo cual es un reto mayúsculo).

Por otro lado, cabe remarcar que existen circunstancias y rasgos personales que dependen de variables no astrológicas (el atractivo físico y no si se tiene Venus en el AC). La misma carta natal la tienen personas con circunstancias, genéticas y entornos socioculturales radicalmente diferentes ¿Y son iguales? ¿Se «predecirá» lo mismo? La manifestación de lo simbólico varía en función de todo eso (por mucho análisis de las cartas de los padres como factor diferenciador pues con los gemelos se evidencia su poco peso). Y sí que vemos que puedan tener estructuras muy ‘parecidas’, que todos esos factores no astrológicos estén organizados por lo astrológico, pero será algo mucho más complejo y mucho menos determinista. Por ello, considero que hace falta mucha investigación para esclarecer todo esto porque este nuevo paradigma es muy confuso (como todo nuevo paradigma).

Por último, una completa unión entre psicología y astrología haría necesario mejorar la preparación de los astrólogos en el ámbito de la psicología con tal de evitar perjudicar o incurrir en algunas praxis de dudosa ética.

Este artículo en PDF: AQUÍ

Para más información sobre este enfoque:

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